Es
muy posible que la poesía china traducida no tenga nada que ver con la
original. Pero supongo que algo tiene que quedar al hacer el vertido. Quizá el
olor. De todos modos, qué delicada, qué sutil es esa melancolía que nos
muestran. Qué lejos lo que decían Li Po, o Du Fu o Wang Wei de lo que estaban
diciendo en aquel momento los poetas europeos medievales. El aire que recorre
estos poemas es el mismo que soplará sobre los haikus japoneses. Son las mismas
emociones. Hay una diferencia entre chinos y japoneses. En los poemas chinos,
el que habla suele ser un funcionario, un cortesano, un soldado, alguien que
está en el palacio... En la poesía japonesa (quizá a partir de Basho, pues
antes también es cortesana) el protagonista es un monje errante, un mendigo, un
caminante solitario... Sienten cosas parecidas, pero nuestra sensibilidad está
más cerca de estos personajes.
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ResponderEliminarUna joya la que recomienda Emilio. A complementar con ESCULPIENDO DRAGONES publicado por Universidad Católica del Perú y traducción de Guillermo Dañino.
ResponderEliminarNo lo conozco, Luis. ¿Se puede encontrar aquí?
EliminarAprovecho para agradecer tu recomendación, Emilio, y decirte que no soy yo el que ha hecho el comentario, sino, imagino, Pepe, aunque también puede ser Carlos, Víctor, Antonio, Gema, Adrián... no sigo pero aún hay más. Esto de apellidarse "junco" es lo que tiene, somos como la gripe. Cariñosamente, aconsejo a "los junco" identificarse con el nombre de pila. Luis (esta vez, sí).
ResponderEliminarMuy bueno, Luis.
EliminarHola. El del comentario sobre el consejo de Emilio es Pepe y sí creo que se puede encontrar aunque la edición que yo tengo es creo del 95. Salud.
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