Los
relatos del noruego Kjell Askildsen son el elogio de la intensidad. La crítica
ha ensalzado unánimemente su galería de retratos del estado del bienestar, su
prosa desnuda de recursos, su renuncia a efectos fáciles; los textos limpios de
Askildsen se nos ofrecen sin trampa alguna y su lectura, en cambio, no nos da
tregua.
El tiempo
en el que recoge sus historias es el momento en el que el vaso está a punto de
rebosar, él se detiene en la gota que va a colmarlo. Quizá por eso la última
frase de sus relatos siempre tiene un gusto amargo a despedida, aunque se trate
de una reconciliación, aunque la historia tenga por fuerza que continuar.
La edición de todos sus cuentos publicados en español (a excepción de
“Carl Lange”) por Lengua de Trapo en 2010 en edición (póstuma) de Fogwill,
reúne historias de pareja, historias de un amor que ya se colmó, historias de
hombres ancianos, agotados, hombres que se enfrentan a un encuentro que les
derrota. Y las derrotas las reparte la familia (las relaciones familiares son
una fuente inagotable de desasosiego, principalmente hermanos y hermanas),
perfectos desconocidos tanto como lo son aquellos a quienes nunca hemos visto. En
los cuentos de Askildsen los personajes fueron y ya han dejado de ser, las
relaciones fueron y ya han dejado de existir.
Gracias, Paloma, por la recomendación. Trataré de hacerme con él. Luis.
ResponderEliminarEste libro es además para mí muy especial. Fue un regalo de mi amiga Ana Añón una tarde inolvidable en Valencia. Me escribió una dedicatoria preciosa, que dio pie a otra dedicatoria. De modo que no solo el contenido es importante... El ejemplar es en sí importante, algo que se hubiera perdido con un libro electrónico, por ejemplo. Las huellas de las relaciones... Askildsen habla de historias que están a punto de llegar a su fin, y en un ejemplar de ese libro, la primera página habla de encuentros. Hasta los ejemplares tienen su historia.
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