Seguramente ya conocéis la noticia. Lo que no sé si sabéis es que ya llevaba muchos años viviendo aquí, en el Psiquiátrico que está en Santa Brígida, conocido como La Quinta de Reposo. Es un lugar paradisíaco, rodeado de palmeras y con vistas al macizo montañoso de la isla. Muchas veces –las tardes libres que le dejaban en La Quinta– le veíamos en la calle Triana, solo y fumando sin parar. Hace unos meses, le invité a tomar un café en la cafetería que está al lado del estanco que tienen mis hermanos en esa calle y quise ver la posibilidad de que publicara en La Discreta. Me salió por los cerros de Úbeda y no insistí. Este año no le veíamos por allí, lo que era muy raro, pues sentarse en los bancos de Triana a fumar era para él un rito. En fin, los que conocéis su poesía ya sabéis que era provocador y duro. Pero muy buen poeta, en mi opinión.
Precioso homenaje, Luis. ¿Nos traerás a tu vuelta una fotografía de ese banco vacío? Quién sabe si algún día podremos leer sus poemas allí.
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