Se dice que, de una historia, solo existe un único escritor
que pueda escribirla. Así lo intenten miles, una única pluma se adueñará de
ella. Del centenar de periodistas y escribas que, en la oscura Argentina de los
años 70´, se pusieron a la cola cuando el caso de un joven asesino salió a la luz, solo Osvaldo
Soriano fue quien supo hacerse con "La Crónica del caso Robledo
Puch".
El 27 de febrero de 1972 el diario La Opinión de Buenos
Aires publicó la primera nota policial de su historia. Su fundador, Jacobo
Timerman, había decidido mantener la sangre y el delito lejos de sus páginas,
pero el caso de Carlos Eduardo Robledo Puch conmovía al país: un
"pibe" de veinte años con carita angelical -"El Ángel
Rubio" lo llamaron- había asesinado a por lo menos once personas durante
el último año. Un asesino en serie educado y bonito: la historia era tapa de
todos los diarios. La Opinión decidió no hacer más el ridículo con su silencio
sobre el caso. Timerman llamó entonces a un periodista que a sus treinta años
escribía en la sección de deportes y le encomendó escribir "la mejor nota
de Buenos Aires sobre el caso Robledo Puch”.
Además de la precisión periodística de su pluma, y con
la no-ficción de sus datos, la crónica aparece envuelta en aquel mundo que
Raymond Chandler definió como la "novela del mundo profesional del
crimen": la "novela negra". Contiene los pilares de la misma
como si antes de escribirla Soriano se las hubiera repasado en una chuleta: la
resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son muy
violentos; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina y la
mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en
busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella. En aquel momento,
plena Dictadura Militar, "cuando la atmósfera ya era irrespirable por la
caza de brujas" (según Soriano), aquel era el género que le calzaba a la
perfección para ser escrita.
La nota, redactada hace ya más de cuarenta años, vislumbra
un Soriano que, a menos de un año de aquella crónica, publicaría "Triste,
solitario y final", el libro que lo lanzaría a la fama.
La historia "El caso del Ángel Negro", uno de los
casos de asesinos seriales más importantes de toda la historia del país, se la
llevó Soriano. Muchas veces, cuando me preguntan qué leer sobre literatura y
escritores argentinos, recomiendo esta breve crónica. La misma aparece en el
libro "Artistas, Locos y Criminales" (1984, Seix Barrial), aunque es
fácil hallarla en internet con solo escribir en cualquier buscador
"Soriano" + "Robledo Puch".
Autor: Matías Crowder
Matías, yo leí esa crónica genial por ti y siempre te estaré agradecido. Coincido contigo en tu valoración y espero que muchos se animen a leerla. (Ese libro lo editó Seix Barral de Argentina. En España es dificilísimo de encontrar. Qué pena, porque tiene una pinta...)
ResponderEliminarGracias, Matías.
Emilio
Gracias Emilio, no creo que sea difícil de encontrar, te lo buscaré. Realmente he perdido la cuenta de cuántas veces la leí, pero siempre logra lo mismo en mí: entusiasmo.
EliminarEstupenda entrada, Matías, que nos ilustra más sobre Soriano, y ese caso impresionante. Luis.
ResponderEliminarSé que te agrada Soriano, Luis, espero que encuentres en sus páginas el retrato del ser argentino, como lo encuentro yo. Muchas Gracias.
ResponderEliminarGracias, Matáis, al leer esa reseña lo primero que hice era "googlear" las palabras clave y efectivamente enseguida encontré "el caso" de Soriano escrito de una forma tan viva que tras leer las primeras palabras no pude dejarlo hasta acabar. Me ha hecho pensar en la crueldad del ser humano de todos los tiempos y de todos los continentes - la historia siempre es la misma : sin distinguir nivel social, la raza o el idioma. También me pregunto cual es la razón por la cual en tantos casos los autores que describen esos crímenes tan horribles no dicen casi nada sobre el sufrimiento de las víctimas y las personas que los querían...
ResponderEliminarIrina
Mucha gracias Irina por el comentario. Si te ha hecho pensar, es que sacaste algo del relato.
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