lunes, 2 de diciembre de 2013

Autosemejanza

En un libro científico leo que entre los físicos hay un término que denominan autosemejanza y que expresa la propiedad según la cual ciertas partes de la realidad física se parecen a otras partes de esa misma realidad. 

Y que esa semejanza no se refiere solo a cosas concretas –como la imagen en un planetario se parece al cielo nocturno; las características de estrellas, planetas y galaxias a las de los elementos químicos que se comparten en todo el universo conocido, etc.–; sino a la abstracción: por ejemplo la que representan los símbolos matemáticos de las ecuaciones de la relatividad de Einstein. Como descripción de la curvatura del espacio y del tiempo, semejan la realidad de la que formamos parte. 

Las palabras también son símbolos y tienen un significado. Y en el mismo sentido que las ecuaciones, me digo que por qué un buen poema o una buena novela de ficción no van a ser parte de esa autosemejanza. ¿Acaso no expresan profundas verdades del mundo en el que vivimos?

En este aspecto, tengo para mí que la bondad de una poesía o de una novela tiene que ver con el grado de autosemejanza que posean. Y que cuando se profundice en la explicación de eso aún tan elusivo que se llama la belleza en el arte, lo mismo encontraremos en su fundamento.

1 comentario:

  1. Bonito tu comentario sobre el libro. Gracias, Luis. El asunto de las semejanzas merece toda una charla. Y otros auntos también. Pero gracias por tu artículo. Loida

    ResponderEliminar