miércoles, 28 de marzo de 2012

Tanteos crepusculares, de Cristóbal Serra


 El mallorquín Cristóbal Serra es uno de los más famosos autores secretos españoles. Es ajeno a las modas. Todos sus libros son raros.

Este empieza como un libro normal, dando noticias de los libros que ha escrito y de las circunstancias en que lo hizo. Cuenta que por motivos de vecindad conoció (y admiró) al admirable Robert Graves (reproduce –me encanta- algunos de los implacables juicios de Graves: de Aldous Huxley solo destaca que le gustaba Greta Grabo; de Eliot, que no había hecho el servicio militar; de Dylan Thomas, que era un charlatán...) También cuenta –Serra- que Michaux exigió revisar la traducción de Borges de Un bárbaro en Asia, y que lo hizo él, Cristóbal Serra. Michaux era altivo y no contestó a ninguna de sus cartas, en las que le planteaba consultas.

Pero poco a poco el libro adquiere un aire desconcertante. Hace un gran elogio de un libro en el que se demuestra que los judíos proceden de España. Quizá habría que leer el libro. Pero parecen insensateces. Más adelante encontramos la revelación de que Serra hizo de médium y se comunicó con Larrea, con Papini, con Unamuno, con Borges, y que dejó de hacerlo porque Quevedo se enfadó con él y le amenazó... Llegas a pensar si no estarás leyendo a un simple chiflado. El final, con sus noticias y sus reflexiones sobre el asno y sobre el cristianismo te tranquilizan, pues aunque son heterodoxas -al estilo de Graves-, no son majaderías.

Su escritura tiene un tono profético, quizá por su trato constante y la repetición de citas de la Biblia, de Lao Tse, de Blake...

Conoce todo Guenon, pero de un personaje tan complejo y tan interesante solo resalta su simpatía por el taoísmo, que a un aficionado le parece un aspecto marginal.

3 comentarios:

  1. La página me está sirviendo para dar con buenas lecturas... Gracias!

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  2. No conocía a Cristóbal Serra, pero lo que dices es muy interesante. Lo leeré. Como bien dice el comentario anterior, lo bueno de este intercambio de lecturas y pareceres son los nuevos "senderos de lectura" que se abren. No solo podemos conocer nuevos autores, sino -al menos en mi caso- contrastar (y modificar en algunos casos) mis opiniones sobre otros.

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  3. Cada vez me gustan más las apuestas por las insensateces, sobre todo si están bien narradas (imagino que el hecho de que Pre textos las avale, es ya una garantía de calidad narrativa). La equiparación en el mismo cajón de información contrastable y verosímil con la argumentación más insólita me fascina. Tengo que reconocer que soy de las que se queda al pairo espiando conversaciones que dan la medida de la "insensatez" humana, pero nunca he tenido el valor de apropiarme de esas insensateces para ponerlas por escrito, como Serra. Me desconcertaría mucho que me acusaran no de ser un vehículo narrador de insensateces, sino de escribir "desde el corazón". ¿No sentís terror al escribir de que os puedan tachar de alucinados?

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