Para valorar la calidad de los relatos, críticos y especialistas establecen
como criterio preferente la intensidad, cualidad que condensa la densidad de
emociones, de impresiones, la multiplicidad de los niveles de lectura… La
inclusión de los relatos de Cristina Grande en renombradas antologías no deja
lugar a dudas sobre la maestría que alcanza su intensidad.
Pero para valorar la prosa de Cristina Grande hay que ampliar el abanico
de criterios, porque sus textos tienen cualidades tan meritorias, como raras de
encontrar. Entre ellas es imprescindible destacar la temperatura de su
narración y su afinidad con el lector. La temperatura atañe al momento y la
distancia elegidos para contar la historia, a la posición del narrador que habla
cuando la historia se degusta en todos sus matices, y la afinidad con el lector
se manifiesta en el impulso incontenible que experimenta éste de responder al
relato como si acabase de escuchar las confidencias de un interlocutor cercano.
Con Tejidos y novedades, que
reúne los dos libros de relatos de Cristina Grande: La novia parapente y Dirección
noche y a los que se han añadido siete relatos más, es imposible limitarse
a leer. El lector se convierte en
un confidente, casi un personaje en la indescifrable frontera que separa la
ficción de la realidad.
Prometo leerlo.... cuando tenga una pizquita de tiempo
ResponderEliminarConfío en vuestro buen gusto literario y lo leeré.
ResponderEliminarYo seguro que lo leo. Me encantan los relatos y, leyendo tu reseña, estoy deseando hincarle el diente a esta recopilación.
ResponderEliminarGracias.
La recomendación de Paloma es una garantía. Leeré a Cristina Grande.
ResponderEliminarLuis.
Gracias, Paloma, por la recomendación, y por que no sea uno de los de siempre.
ResponderEliminarConocí a Cristina Grande por un cuento (Temperaturas) que formó parte de la antología editada por el escritor José Ovejero, La España que te cuento. Este libro pretende dar una imagen de la España actual a través de los relatos que allí se recogen. Todos son muy interesantes y no prescindiría de ninguno. El de Cristina Grande me dejó una honda huella.
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