Cuántos magníficos libros silenciosos hay en
los estantes de las librerías. Libros de los que nadie habla, tapados por los
de los figurones. Libros que esperan la llegada de un lector solitario que se
pare a escucharlos. Así este El corazón
de Dios, de Carlos Pujol (Cálamo, 2011), que se cierra con estos dos
endecasílabos:
“Claro que un día resucitaremos,
pero ahora, esta noche, ¿no es posible?”
Gracias por la recomendación, Emilio. Como bien sabes, el nombre de este blog se refiere a eso mismo. En la medida de nuestras posibilidades, tratar de recuperar y dar la voz a tantos buenos náufragos en este mundo de intereses ágrafos que claman en silencio. Luis.
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