Desencadenado: la poesía de Espronceda en escena (I)
Grupo
Paréntesis
“El fin
de mi camino será donde yo me pare”
Espronceda, Sancho Saldaña, I
El
Grupo Paréntesis nace en Madrid en 1992 como un colectivo orientado hacia la
creación, la recreación y la difusión de la literatura en su relación con las
diferentes formas de respuesta estética a la inquietud creativa. Desde la
tradición a la vanguardia, Paréntesis ha plasmado sus propuestas en recitales y
puestas en escena multimedia para difundir tanto sus textos propios como los de
otros autores, grupos y movimientos. Sus representaciones han sido ofrecidas en
universidades, colegios e institutos así como en centros culturales e
instituciones tales como la sede de la ONCE, la Sala Clamores, el Centro
Cultural Maestro Chueca en Madrid o el Palacio de Godoy de Villaviciosa de Odón
(Madrid). Entre sus espectáculos más significativos cabe destacar “Antología de
la literatura romántica”, “Beat Generation” y la experiencia de trabajo de
taller “Alice”, incluido en la programación de la Red de Arte Joven de la
Comunidad de Madrid. Los miembros de Paréntesis provienen de campos tan
variados como el cine, el teatro, la televisión, la música, la actividad
editorial, la creación publicitaria, el diseño, la docencia, la economía y la
comunicación, definiendo un abanico transversal altamente enriquecedor. El
grupo está formado por Iván Bouso García, Santiago Fandiño Lousa, María José
Fernández Rosado, Daniel Folgado Hernández, Carlos García Ruiz, Begoña Gómez
Arderíus, Santiago López Navia, Cristina Moreno Arroyo, José Luis Navarro
Salinas, Gemma Ortiz Moreno, Javier Rodríguez Morales y Mauricio Romero
Martínez.
A finales de 2007, en
vísperas de la conmemoración del segundo centenario del nacimiento de José de
Espronceda, el Ayuntamiento de Cuéllar (Segovia) encargó al Grupo Paréntesis un
recital poético que se integraría en el completo programa de actividades que,
con motivo de la estancia del poeta durante su exilio en 1833, se desarrollaron en la villa a lo largo
de 2008. Entre las muchas
actividades realizadas, siempre bajo la eficaz coordinación de María del Carmen
Gómez Sacristán, concejala delegada de Cultura de la corporación municipal,
cabe destacar muy especialmente la exposición temática “Espronceda en Cuéllar”
(del 4 al 20 de julio de 2008) y la edición conmemorativa de la novela Sancho Saldaña o el castellano de Cuéllar
a cargo del ayuntamiento de la villa, con prólogo de José Montero Padilla,
presentada el 28 de noviembre de 2008. El recital Desencadenado se ofreció el 25 de abril de 2008 en representación
única. Un completo resumen del programa de actos conmemorativos se puede
obtener en el DVD II Centenario del
nacimiento de José de Espronceda (1808-2008) editado por la misma
institución organizadora en 2009.
El colectivo se propuso, de esta manera,
el reto de llevar a escena un espectáculo atractivo para el gran público que
sirviese para poner en valor la figura del poeta extremeño sin caer en los
habituales tópicos, pero sin ofrecer una visión que se alejase de las
expectativas del espectador medio cediendo a tentaciones o a licencias que
dificultasen la comprensión. Quedó claro desde el principio que la propuesta de
Paréntesis perseguía difundir, divulgar y cumplir la función sociocultural de
aproximar, lo cual implicaba definir criterios que dejaran el resultado final
lejos de toda oscuridad y autocomplacencia. El éxito conseguido con el recital
“Espronceda desencadenado en el II centenario de su nacimiento” y la pulcritud
y sistematicidad que se observaron en todas las fases de su organización animan
la redacción del presente trabajo, incardinado en las propuestas de la
investigación performativa, que pretende analizar de forma exhaustiva los
criterios y recursos que hicieron posible esta experiencia plural de animación
y difusión de la literatura tomando como referencia una de sus figuras más
representativas.
El criterio
principal, que acabó convirtiéndose en concepto clave, fue “desencadenar” a
Espronceda restituyéndole simbólicamente la libertad de la que careció durante
su exilio en Cuéllar, que no fue precisamente, ya se sabe, un ejemplo de
dureza. Guiado por el ejemplo del esproncediano Usdróbal, que se libera radicalmente
a sí mismo decidiendo que su camino terminaría allí donde él quisiera, el grupo
entendió que esa era la actitud conveniente para rendir homenaje a quien hizo
de la libertad un tema literario preferente y una forma de entender y de vivir
su vida. Se trataba, claro está, de garantizar la prevalencia de la emoción,
necesaria para conseguir en el público un clima de receptividad, complicidad y
un punto de intimidad, Por la
misma razón, y en sintonía con la habitual pluralidad de perspectivas que define
la trayectoria del colectivo desde su fundación, pero siempre de acuerdo con
una estudiada coherencia, cada miembro de Paréntesis eligió con toda libertad
el texto que le pareció más motivador y se propuso recrearlo con la misma
flexibilidad.
Se aceptó
desde el principio lo sugestivo que resultaría liberar a Espronceda de algunos
condicionantes dimanados a veces de la lectura demasiado rígida que impone
cierta ortodoxia, irrenunciable en cualquier caso cuando se trata de abordar
una aproximación científica. Esta es la razón por la cual se incluyeron en la
selección algunos textos apócrifos –el clásico “La desesperación” y un
fragmento de “El arrepentimiento”– que se adscriben con fuerza suficiente a la
temática y estilo esproncedianos, dando cuenta en el programa de mano, en todo
caso, de esta circunstancia. En el menor de los casos, y no sería poco, la
inclusión de estos poemas sería plenamente coherente con las características
del movimiento literario al que pertenece Espronceda.
Con vistas a
la puesta en escena, conscientes de la influencia de la cultura audiovisual en
el público de nuestros días y de acuerdo con la costumbre del grupo en el
sentido de transmitir los textos con un modo de contar cercano al “arte total”
wagneriano que concitaba la convergencia de las diversas artes, se entendió la
conveniencia de interrelacionar y armonizar lenguajes audiovisuales que
sugiriesen una unidad estéticamente construida en torno al pilar del texto, de
modo que cada miembro del grupo seleccionó una pieza musical y una imagen que
sintonizasen con el espíritu de los poemas, para cuya versión se tomó como
texto de referencia la edición de las Obras
completas de Espronceda a cargo de Diego Martínez Torrón (Madrid, Cátedra,
2006). Elegidos los textos, el recital se compuso de los siguientes poemas,
recitados en este orden: “La canción del pirata” (José Luis Navarro Salinas),
“La cautiva” (Gemma Ortiz Moreno), “A una dama burlada” (Begoña Gómez Arderíus),
un fragmento adaptado de El estudiante de
Salamanca (Carlos García Ruiz con la colaboración de Gemma Ortiz Moreno),
un fragmento de “El arrepentimiento” (Yago Fandiño Lousa), “A Jarifa en una
orgía” (Santiago López Navia), “¡Guerra!” (Mauricio Romero Martínez), “La
desesperación” (Iván Bouso García) y “Canción de la muerte” (Cristina Moreno
Arroyo), con Daniel Folgado Hernández al mando del control técnico.
La búsqueda de
la coherencia entre los elementos que concurrieron a la hora de preparar y
representar el recital alcanzó también al diseño del cartel para su difusión y
el díptico que se emplearía como programa de mano durante el espectáculo. En
este sentido, y también de acuerdo con la costumbre, el grupo mismo asumió la
responsabilidad de diseñarlos gracias al trabajo de Begoña Gómez Arderíus con
la colaboración e ideas del colectivo, buscando plasmar en ellos el espíritu
que lo unía con Espronceda: el misterio, la fuerza de la sugerencia, el
destierro, la penumbra, la fuerza –el mar, la guerra–, una época convulsa y la
energía romántica, todo ello de acuerdo con una estética elegante de intención
sintetizadora.
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