TRIANA
Los minutos huyeron del reloj
Los minutos huyeron del reloj
deslizan su tictac
entre las ruedas
de todos los tranvías.
El acero
ha olvidado su función
y transforma los raíles
en brillantes
y bien tensadas cuerdas
que arrastran su memoria
hasta el olvido.
No teme la tartana
la fuga de un destello entre los cables;
y el bronce, vencido por los tiempos,
perdió su cantinela
de pájaro agorero;
pero recuerda, con un mudo tañido,
el lento transcurrir
del ritmo de las horas.
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