jueves, 18 de abril de 2013

Los otros clásicos V – Hernando de Acuña



Toca, a la quinta, hacer una excepción, a lo que creo harto justificada; porque si bien es cierto que el vallisoletano Hernando de Acuña no es, en modo alguno, un poeta relegado al olvido (su obra, muy destacada entre los autores de la segunda generación petrarquista, ha sido analizada y editada cuidadosamente por la crítica, se ha estudiado en las facultades de Letras y, hasta hace poco, leído en las aulas de secundaria), no lo es menos que ha pasado a la “Historia Oficial de la Literatura Española” (risum teneatis?) por lo menos representativo de su producción literaria: el famoso soneto que condensa y glorifica, en su octavo endecasílabo (“un Monarca, un Imperio y una Espada”), el ideal político de Carlos I. No hay manual, obra de referencia o libro de texto en el que la poética de Acuña no venga ilustrada por este soneto grandilocuente, adulador, coyuntural y –si se me tolera el anacronismo– bastante reaccionario (“Ya se acerca, señor, o ya es llegada / la edad gloriosa en que promete el Cielo / una grey y un pastor solo en el suelo, / por suerte a vuestros tiempos reservada”, etc.), cuando Acuña es autor de otros muchos poemas de tanta hondura lírica como el incluido en nuestra serie.


V.- Hernando de Acuña (1520-1580)

Cuando era nuevo el mundo y producía
gentes, como salvajes, indiscretas,
y el cielo dio furor a los poetas
y el canto con que el vulgo los seguía,

fingieron dios a Amor, y que tenía
por armas fuego, red, arco y saetas,
porque las fieras gentes no sujetas
se allanasen al trato y compañía;

después, viniendo a más razón los hombres,
los que fueron más sabios y constantes
al Amor figuraron niño y ciego,

para mostrar que dél y destos nombres
les viene por herencia a los amantes
simpleza, ceguedad, desasosiego.

2 comentarios:

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  2. Decía que excelente y sabio en la conclusión. Un buen soneto vale por toda la poesía. La parte por el todo.

    para mostrar que dél y destos nombres
    les viene por herencia a los amantes
    simpleza, ceguedad, desasosiego.

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