martes, 9 de abril de 2013

ACUARELAS DE COMAS QUESADA (2)

Por José García Caneiro



CALLE TRIANA Y TRANVÍA A VAPOR

(Lleva colgado en mi salón más 30 años)

Vívido y transparente
es el contraste
entre un mundo que fue
y otro que surge
para morir recién nacido.
La técnica moderna de otros tiempos
desplaza al hipomóvil,
aún a sabiendas,
que un tráfago ignorado,
secreto y no pensado,
es quien condena
a ese destierro ineludible.
Es permanente hervor
de ciencia, minerales y metales,
demiurgo de tiempos venideros,
quien, sin cesar, empuja
hacia un fluir perpetuo.
El tranvía. Su orgullo de vapor
será un instante
en el transcurso sin fin de los decenios.

2 comentarios:

  1. Gracias, Pepe, por ese estupendo acompañamiento a la acuarela de Triana.
    ¡Cómo me gusta esa palabra: el hipomóvil!
    A tal respecto, y con respecto al transporte en la ciudad de Las Palmas, habría que señalar que una real orden de 1885 autorizó el cambio “de la tracción de sangre por la de vapor” -¡otra expresión que impresiona: tracción de sangre!- y durante unos años convivieron los coches de caballos con dos locomotoras de vapor de la casa Krauss que hacían el trayecto de Las Palmas al Puerto de La Luz. A esta locomotora se le conocia como La Pepa. Después vendría el tranvía eléctrico y el automóvil.
    Pero lo que son las cosas: en los años de posguerra –años cuarenta-, cuando ya se pensaba que, al igual que el hipomóvil, la locomotora de vapor también era condenada a “ese destierro ineludible” de tu poema, la crisis económica llevó a su resurrección y La Pepa volvió a discurrir por la calle de Triana.

    ResponderEliminar
  2. Espléndida combinación ut pictura poiesis . Espérate que esa imagen antañona no se revele de anticipación. Saludos. Dativo.

    ResponderEliminar