De nuevo se acerca la feria del libro de Madrid: multitud de casetas,
actividades que más o menos tienen que ver con los libros, aglomeraciones... El año pasado, una nutrida cola ante una caseta –una escritora, mejor dicho, una tertuliana
televisiva que había escrito un libro, firmaba ejemplares- me trajo a la cabeza la
imagen de la cola de un pavo real. Di un par de vueltas al recinto ferial al
tiempo que también daba vueltas a las razones de estas colas ante las casetas, el anuncio de
libros más vendidos, la competición casi grotesca de algunos sellos editoriales por
aparecer en los primeros puestos de las listas... Hasta que las dos colas (la
de los lectores y la del pavo real) me llevaron al recuerdo de una antigua
lectura. Llegué a casa y encontré el libro: El
relojero ciego, de Richard Dawkins. Y sí, ahí había una posible explicación.
Richard Dawkins es zoólogo y uno de los máximos exponentes actuales
del llamado neodarwinismo, síntesis moderna de la teoría de la evolución. En
este libro –El relojero ciego-, además
de otras interesantes y profundas consideraciones sobre la selección natural,
Dawkins nos explica cómo, en muchas ocasiones de la historia de la evolución de
las especies, se pone en marcha lo que él denomina “retroalimentación
positiva”, que es un proceso acelerado de cambio, como el que se produce en una
explosión nuclear cuando se alcanza la masa crítica del material radiactivo.
Es así, nos explica, como en la “carrera armamentística” que se establece entre
dos especies –una depredadora y otra su potencial víctima- evolucionan conjuntamente
armas de ataque y de defensa. O como, bajo presión de la selección sexual y la
preferencia de los genes de las hembras, evoluciona la cola de los machos de algunas aves,
como el pavo real. Y aquí estaba la conexión con la cola de lectores en la
feria del libro de la que yo era testigo; porque, a continuación, en su libro,
Dawkins hace una interesante analogía entre la evolución biológica y la
evolución cultural, en este caso, referida a la cultura del libro. Merece la
pena transcribirlo:
Cuando las ventas de un libro
“se acercan al punto crítico”, las cifras alcanzan el punto en el que las
recomendaciones de boca a boca, etc., hacen que sus ventas despeguen
súbitamente de manera incontrolada. El ritmo de las ventas se torna, de
repente, más elevado de lo que era antes de alcanzar la masa crítica, y puede
haber un período de crecimiento exponencial, antes de alcanzar la inevitable
estabilización y posterior declive (...) Las cualidades reales de un libro
(...) no pueden ignorarse en la determinación de las ventas; sin embargo,
siempre que haya mecanismos de retroalimentación positiva al acecho, existirá
un elemento marcadamente arbitrario, que determinará qué libro tendrá éxito y
cuál fracasará. Si la masa crítica y el despegue son elementos importantes en
cualquier historia de éxito, existirá una gran intervención del azar, y habrá
un gran campo para la manipulación y la explotación por parte de la gente que
comprende el sistema. Merece la pena, por ejemplo, emplear una suma
considerable de dinero para promocionar un libro, hasta el punto en el que “alcanza
el punto crítico”, porque, a partir de aquí, no será necesario gastar tanto
dinero en su promoción: el mecanismo de retroalimentación positiva tomará el relevo
y realizará el trabajo publicitario por el editor (...)
Apenas me cabe duda: los que compran un libro deslumbrados por las colas ante las casetas de una feria o solo porque el título está entre los 20 libros más vendidos, tienen el mismo comportamiento que las hembras de un pavo real.
Apenas me cabe duda: los que compran un libro deslumbrados por las colas ante las casetas de una feria o solo porque el título está entre los 20 libros más vendidos, tienen el mismo comportamiento que las hembras de un pavo real.
Firmo, reafirmo y confirmo.
ResponderEliminarEl Brigadier