Ayer
asistí a la inauguración de librería café, o mejor café librería, El
Dinosaurio, que ha abierto en Lavapiés 8 una vieja amiga. Su formato me da una
buena excusa para reflexionar un poco acerca de la figura del librero y su
transformación.
He
de decir primero que yo no he tenido nunca un librero de cabecera y, sin
embargo, creo que me he defendido bastante bien con la calidad de lo que he
leído gracias, sobre todo, a las recomendaciones de mis amigos. Claro que
quizás ellos sí han tenido ese librero.
Entiendo no obstante que ante la avalancha de novedades que llegan a las
librerías, cargadas todas con epítetos superlativos en las solapillas, muchos
lectores quieran escuchar los consejos de su librero de siempre, si es que la
especie aún existe.
Supongo
que sí, que existe, especialmente en ciudades medianas, no como Madrid, donde
la gente cambia de barrio y en la que a nadie se le pasa por la cabeza
atravesar la ciudad para acudir una vez al mes a su librería de siempre, ¿o sí?.
El
asunto es que, como todos sabemos, el librero es el eslabón más afectado por la
nueva realidad del ¿mercado? del libro. Uso las interrogaciones porque para que
haya mercado debe haber un intercambio económico, cosa que últimamente está en
duda. Y como pasa en general con este asunto, al final se le pide que “cambie
su modelo de negocio”, pero al pobre librero no se le dan pistas de cómo se
hace eso. Y así hemos llegado a este momento en el que por las leyes de la
evolución están surgiendo esos “modelos”. Yo creo que no hay ya librería nueva
que no abra con una cafetería en una esquina o con una especialización muy
determinada. En el caso de mi amiga Marisol es su dedicación a las editoriales
pequeñas y prestigiosas. Es decir, inteligentemente ofrece esos libros que
normalmente hay que encargar y que, por supuesto, no se pueden descargar porque
nadie se ha ocupado de ser generoso con esa obra ajena. Por supuesto que mi
amiga intenta que la parroquia también tenga mucho que ver con el mundo
literario. ¿Triunfará? ¿Qué modelo de librería pervivirá en cinco años? Veremos
lo que el darwinismo nos depara. Mientras, si quieres, dime qué piensas de las
librerías y su futuro.
Las que pervivirán serán básicamente las mismas que ahora. Lo de la moda digital es eso, una moda de estos tiempos tecnológicos que acabará como empezó. El libro de papel seguirá por mucho tiempo. Y las librerías pequeñas seguirán siendo testimoniales, como ahora. Tampoco creo en esa figura del "librero", que es una ficción decimonónica. ¿Alguien en sus cabales se puede imaginar hoy, con el nivel de edición que existe, que un librero te va a aconsejar? Saludos. Eduardo C.
ResponderEliminarGracias por tu opinión, Eduardo. Me gustaría que fuese como dices, pero no lo veo tan claro. Estas navidades se prepara una nueva ofensiva de lectores electrónicos y uno en concreto va a salir por 9 euros. Estoy de acuerdo en que siempre habrá quien prefiera el papel y quien combine, pero el problema es cuántas librerías quedarán con una reducción del volumen de ventas en papel del ¿30%? No es un negocio de grandes márgenes porque éstos están muy repartidos (autor, editor, distrobuidor, librero). Yo en el metro cada día veo más lectores y ya habéis visto cómo se ha reducido la zona de librería en la mayoría de los Vips. Malos síntomas.
ResponderEliminarQuiero decir, malos síntomas para el papel y los libreros, pero no para lectura, claro.
EliminarSí, yo también creo que los avances tecnológicos son imparables y, salvo catástrofe (que no hay que descartar), la aparición del libro electrónico irá ganando terreno al de papel. Quedará sí, pero las proporciones se invertirán con respecto a lo que ahora mismo ocurre. Las librerías tendrán que adaptarse, y muy rápido. De hecho, como se indica, ya lo están haciendo y cada vez son más las librerías virtuales y el negocio a través de la red. Como todo, tiene sus ventajas (abaratamiento de costes, menos intermediarios, más rápido acceso...) claro que sí, pero qué quieren, yo seguiré visitando la Cuesta de Moyano y algunas librerías de viejo (con su viejo librero dentro), aunque me llamen decimonónico.
ResponderEliminarDesde que tengo el lector electrónico visito las librerías con mucha más alegría y relax; elijo y compro ediciones que me gustan y no me centro en las de bolsillo como hacía antes.
ResponderEliminarYo creo que las librerías que permanecerán, precisamente, serán las pequeñas y especializadas. Una librería grande se sustenta, en el 80% de los casos de venta de libros de best-sellers. Esos libros están editados en digital, tanto de manera legal como ilegal. Cada vez son más feas las ediciones de este tipo de libros en papel. No les importa el aspecto que tengan porque apuestan por el libro electrónico.
ResponderEliminarPor contra, las editoriales pequeñas e independientes, están editando libros que son objetos prácticamente. De ahí que las librerías pequeñas especializadas en este tipo de editoriales estén proliferando. Mejor calidad a cantidad. De hecho, es más "sencillo" nacer como librería así (sencillo, que no arriesgado), que trasformar un negocio ya existente. No es lo mismo buscar un local pequeño y montar tú el negocio que intentar abaratar costes con un local inmenso y una plantilla relativamente grande.
Otra cosa es que finalmente salga rentable el proyecto. Pero creo que tienen más posibilidades de sobrevivir las pequeñas que las grandes.
Saludos.
Carlos F. Romero
Por lo que he leído en estos últimos días, en relación con la Feria del Libro de Frankfurt, el e-book no está dando los resultados esperados (por ahora). A mí me parece una herramienta útil, pero no de uso exclusivo. Así que tendrá indudablemente un espacio en el mundo del libro. No me atrevo a vaticinar si se impondrá o no al libro en papel. Lo que resulta muy curioso es que en poco tiempo, y en época de crisis, han nacido nuevas librerías (otras ciertamente han cerrado). Muy probablemente sean negocios vocacionales, aunque no creo que ciegamente vocacionales, sino que sus propietarios apuestan por diferenciarse, por buscar al cliente-lector que se identifique con la oferta de su librería. Un lector más exclusivo como muestra la existencia de librerías de relato breve, de mujeres, de cómic, de libro no comercial, de ocasión, de libros al peso, de librerías-café. Tal vez también de librerías dedicadas al e-books.
ResponderEliminarVeo, Carlos, que hemos tenido cierta telepatía al dejar casi simultáneamente nuestro comentario y, además, en la misma línea.
ResponderEliminarYo desde hace tiempo tengo esta visión del futuro editorial (no sé si acertaré) en la que el e-book será el nuevo libro de bolsillo, mientras que en lo que realmente nos gastaremos el dinero es en ediciones cuidadas, que sea un tesoro tener en formato impreso. Si todo lo que se invierte en sacar millones de libros de bolsillo y ediciones chapuceras se invirtiera en sacar menos ejemplares de ediciones que realmente merezca la pena tener, no sería necesario poner precios prohibitivos y podrían convivir las dos soportes.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con David en que el número de lectores (personas lectoras, no aparatos) está creciendo, en parte gracias a esta nueva tecnología y el "fácil" acceso a un gran catálogo de títulos, solo hay que saber llegar a todo ese nuevo público con un producto de calidad, creo yo.