Por José María Alfaya
Que me dicen que se nos ha muerto Javier Krahe, con quien tanto reíamos
socarronamente, aunque sin evitar que le saliera el lírico sensible que también
llevaba dentro.
Una personalidad, un individuo, un reportero canoro de la España de la
Transición... hacia la transacción, un irreverente. El más chulo de los 18. (*)
Fue el intérprete-traductor de nuestro pasado inmediato, transmitiendo
una visión lúcida, lucida y divertida por inteligente, libre y respondona. Fue
el español ingenioso que cuenta con gracia los tropiezos que suelen darse con
la realidad los espejismos disfrazados de ilusiones.
Cantó como el celtíbero que fustiga a su propia etnia, el monaguillo
traidor, el rijoso impotente, el aventurero de agua dulce, el que cree viajar
en el túnel del tiempo porque se ha comprado un billete del AVE, el que canta
las cuarenta y el que recuerda sus amores y calores.
Brassens le había señalado el posicionamiento "fuera de la
grey", pero cantándole a Pedro para que lo entendiera Juan. Porque para
estar "fuera", de verdad, hay que saber lo que se cuece dentro. Y él
lo conocía muy bien. De ahí que se pudiera permitir ser un iconoclasta de
máscaras que ya habían perdido toda su posibilidad de pasar por rostros
respetables.
Fue un magnífico compositor de canciones y un seductor de gestos y
palabras. En el tablado y fuera de él. Para colmo, sus músicos consiguieron
transformar un personaje de escena, cuya presencia y ocurrencia ya bastaban
para ofrecer espectáculo, en una referencia musical.
Que siga viviendo entre nosotros, que sigue siendo necesario.
(*) Los 18 Chulos fue la discográfica y empresa de eventos fundada en el
año 1999 por Javier Krahe, El Gran Wyoming, Pepín Tre, Santiago Segura, Faemino
y Pablo Carbonell.
Y un valiente, que se mantuvo en segundo plano seguido solo por sus incondicionales, por no renunciar a decir lo que pensaba en un momento muy poco oportuno para ello: la transición.
ResponderEliminarMuy bueno, maestro. Un saludo y mi pésame.
ResponderEliminarGran reflexión, Alfaya. Parece que estás hablando de ti mismo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Emilio