Pero el mejor retrato que hay de Helenio
Herrera es una novela que Gonzalo Suárez escribió en 1964, una novela titulada Los once y uno, en la que cuenta las dos
temporadas que H. H. estuvo en el Barcelona (1958-59 y 1959-60). Gonzalo Suárez
fue medio hijastro de H. H., pues este fue pareja de la madre de Suárez, que
estaba separada.
En la novela todos los nombres están cambiados
(Barcelona es Bañosa, España es Barataria, Di Stefano es Di Paperone...), pero
todo es perfectamente reconocible. Es una novela magistral, genial, la mejor sobre
fútbol que se ha escrito, me atrevo a decir. Básicamente es un retrato de H. H.,
de su picaresca (para ganar dinero, para motivar a sus jugadores), de sus
ocurrencias (con la prensa, con la directiva del equipo), de sus métodos de
entrenamiento (tan agotadores que daba a sus jugadores glucosa con benzedrina),
de sus estrategias (fue el primero en dejar en el banquillo a Kubala, el ídolo
de las masas), de sus gustos (todas las noches leía novelas policiacas), de su
carácter (duro, cínico, egocéntrico)... También es un retrato exhaustivo de las
interioridades de un equipo de fútbol. Las anécdotas que he resaltado en las
memorias de H. H., Gonzalo Suárez las utiliza en esta novela. Emplea también
algún material de la época del Inter y lo sitúa en esta misma época de
Barcelona (por ejemplo, el Lilio del Bañosa, un jugador que tiene problemas
porque la novia no para de ponerle los cuernos, es realmente Angelillo, un
jugador del Inter).
Aquí nos enteramos de que Kubala se
emborrachaba a menudo y de que a veces lo llevaban a la ducha para que se
despejara y pudiera jugar.
Descubrimos que H. H. era un experto en
motivar a los jugadores. “Hoy vas a hacer el partido de tu vida...” “Si hoy
juegas como sabes, te van a querer fichar todos los equipos...” A un defensa
que tras un golpe en la cabeza dice que no ve bien, le convence para que siga
jugando, hasta que el jugador pierde la visión por completo (tendrá
desprendimiento de retina).
La novela es una maravilla. Y, como ocurre con
las mejores narraciones, cuando uno la acaba está deseando contarla: Cómo echa
al médico del equipo (esto quizá también es de su etapa del Inter), cómo se
pelea con el público (ese espectador que le tira una patada y él le sujeta el
pie hasta que le quita el zapato), cómo descubre que el portero está fingiendo
una lesión, cómo le dice a Kubala “Tú eres el cáncer del equipo”, cómo intenta
poner nervioso a un delantero contrario que va a tirar un penalti, cómo llama
gordo y viejo a Di Stefano, cómo anima a una directiva a que haga regalos a los
árbitros, cómo intenta apartar de un jugador a su amante, cómo se soborna a los
periodistas, invitándoles a comilonas, las geniales intervenciones de Bernabéu
(“A estos se les ha subido el triunfo a la cabeza. No saben ganar...”)... Lo
dicho: todas las interioridades del mundo del fútbol como nadie las ha contado.
Al parecer, antes de que acabara su segunda
temporada en el Barcelona, H. H. firmó un contrato con el Inter. Cuando al
final de la temporada la directiva del Barcelona se enteró, lo echó, por
orgullo. Él realmente se había ido ya. Quizá esa imagen patética de los
directivos culés sea la razón de que no se reedite esta novela genial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario