viernes, 29 de junio de 2012

Reseñas del lector: Soriano y el "Ángel Negro"


Se dice que, de una historia, solo existe un único escritor que pueda escribirla. Así lo intenten miles, una única pluma se adueñará de ella. Del centenar de periodistas y escribas que, en la oscura Argentina de los años 70´, se pusieron a la cola cuando el caso de un joven  asesino salió a la luz, solo Osvaldo Soriano fue quien supo hacerse con "La Crónica del caso Robledo Puch".

El 27 de febrero de 1972 el diario La Opinión de Buenos Aires publicó la primera nota policial de su historia. Su fundador, Jacobo Timerman, había decidido mantener la sangre y el delito lejos de sus páginas, pero el caso de Carlos Eduardo Robledo Puch conmovía al país: un "pibe" de veinte años con carita angelical -"El Ángel Rubio" lo llamaron- había asesinado a por lo menos once personas durante el último año. Un asesino en serie educado y bonito: la historia era tapa de todos los diarios. La Opinión decidió no hacer más el ridículo con su silencio sobre el caso. Timerman llamó entonces a un periodista que a sus treinta años escribía en la sección de deportes y le encomendó escribir "la mejor nota de Buenos Aires sobre el caso Robledo Puch”. 

Además de la precisión periodística de su pluma, y con la no-ficción de sus datos, la crónica aparece envuelta en aquel mundo que Raymond Chandler definió como la "novela del mundo profesional del crimen": la "novela negra". Contiene los pilares de la misma como si antes de escribirla Soriano se las hubiera repasado en una chuleta: la resolución del misterio no es el objetivo principal y los argumentos son muy violentos; la división entre buenos y malos de los personajes se difumina y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de la verdad o, cuando menos, algún atisbo de ella. En aquel momento, plena Dictadura Militar, "cuando la atmósfera ya era irrespirable por la caza de brujas" (según Soriano), aquel era el género que le calzaba a la perfección para ser escrita.

La nota, redactada hace ya más de cuarenta años, vislumbra un Soriano que, a menos de un año de aquella crónica, publicaría "Triste, solitario y final", el libro que lo lanzaría a la fama.

La historia "El caso del Ángel Negro", uno de los casos de asesinos seriales más importantes de toda la historia del país, se la llevó Soriano. Muchas veces, cuando me preguntan qué leer sobre literatura y escritores argentinos, recomiendo esta breve crónica. La misma aparece en el libro "Artistas, Locos y Criminales" (1984, Seix Barrial), aunque es fácil hallarla en internet con solo escribir en cualquier buscador "Soriano" + "Robledo Puch". 

Autor: Matías Crowder

6 comentarios:

  1. Matías, yo leí esa crónica genial por ti y siempre te estaré agradecido. Coincido contigo en tu valoración y espero que muchos se animen a leerla. (Ese libro lo editó Seix Barral de Argentina. En España es dificilísimo de encontrar. Qué pena, porque tiene una pinta...)
    Gracias, Matías.
    Emilio

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Emilio, no creo que sea difícil de encontrar, te lo buscaré. Realmente he perdido la cuenta de cuántas veces la leí, pero siempre logra lo mismo en mí: entusiasmo.

      Eliminar
  2. Estupenda entrada, Matías, que nos ilustra más sobre Soriano, y ese caso impresionante. Luis.

    ResponderEliminar
  3. Sé que te agrada Soriano, Luis, espero que encuentres en sus páginas el retrato del ser argentino, como lo encuentro yo. Muchas Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Gracias, Matáis, al leer esa reseña lo primero que hice era "googlear" las palabras clave y efectivamente enseguida encontré "el caso" de Soriano escrito de una forma tan viva que tras leer las primeras palabras no pude dejarlo hasta acabar. Me ha hecho pensar en la crueldad del ser humano de todos los tiempos y de todos los continentes - la historia siempre es la misma : sin distinguir nivel social, la raza o el idioma. También me pregunto cual es la razón por la cual en tantos casos los autores que describen esos crímenes tan horribles no dicen casi nada sobre el sufrimiento de las víctimas y las personas que los querían...
    Irina

    ResponderEliminar
  5. Mucha gracias Irina por el comentario. Si te ha hecho pensar, es que sacaste algo del relato.

    ResponderEliminar