Por Luis Junco
¿Cómo apareció la conciencia, cómo funciona, qué papel tiene el
lenguaje y cómo evoluciona la cultura? A estas preguntas pretende responder
Daniel Dennett, filósofo y escritor estadounidense, en su libro La conciencia explicada (Paidós, 1995).
Algunas de sus ideas para abrir boca:
De la misma manera que los genes se replican utilizando nuestros
cuerpos y evolucionando en un proceso continuo de adaptación al medio según las
leyes de la selección natural, cuando apareció el Homo sapiens también vio la luz un nuevo tipo de replicante: las
ideas. Como medio de replicación apareció el cerebro y como instrumento de
replicación aparecieron los hábitos de comunicación de la especie.
Al igual que los genes se propagan en un acervo genético al saltar
de un cuerpo a otro mediante espermatozoides y óvulos, así las ideas se
propagan en el acervo de ideas al saltar de un cerebro a otro mediante a un
proceso que, considerado en su sentido más amplio, puede llamarse imitación.
(Si un científico escucha o lee una buena idea, la transmite a sus colegas y
estudiantes.)
A estas unidades de replicación se les ha llamado memes. Son memes: la rueda, ir vestidos, el triángulo rectángulo, el alfabeto,
la Odisea, el ajedrez, el tema del movimiento lento de la Séptima Sinfonía de
Beethoven...
Al igual que los genes, los memes
evolucionan, pero a un ritmo mucho más rápido que lo hacen aquellos.
Todo esto esboza un cuadro de aspecto inquietante, pues según se sugiere:
"Un investigador no es más que la manera que tiene una
biblioteca de crear otra biblioteca".
En palabras del propio autor del libro:
No sé lo que pensará
usted, pero en principio a mí no me atrae mucho la idea de que mi cerebro sea
un especie de estercolero en el que las larvas de las ideas de otros se
renuevan, antes de enviar copias de sí mismas en una especie de diáspora
informe. Es como si le robaran a mi mente su importancia en tanto autor y
crítico. Según esta concepción, ¿quién
es el que manda, nosotros o nuestros memes?
La respuesta a todo esto, el papel de la conciencia y de los memes, es el núcleo de este libro, que
si en sus aspectos más técnicos resulta difícil de seguir, en su mayor parte es
de lectura apasionante.