(Compartimos esta entrada del blog No digas que fue un sueño)
(https://pepejunco.blogspot.com.es)
ENTREVISTA A LUIS
JUNCO SOBRE SU ÚLTIMA NOVELA: ENTRELAZAMIENTOS
¿Puedes
resumir de qué trata esta última novela tuya y qué la diferencia de las
anteriores?
Entrelazamientos rompe sobre todo con
la estructura lineal que hasta entonces había utilizado para mis historias. A
partir de un cuento (lineal) que había escrito en De amar y andar por
casa, construyo un relato de cierta complejidad. Un suceso de mi
infancia es la base del cuento y también de la novela, cuando un nuevo
acontecimiento de 40 años más tarde me hace replantear el acontecimiento
inicial. Pues llego a la conclusión de que lo que lleva del presente al pasado
–y a reconstruir lo que ha sucedido entre los dos momentos- no es una sola
línea o trama, sino que hay muchas historias cuyo entrelazamiento lleva
de uno a otro. Historias que en ocasiones aparecen muy separadas e
independientes pero que en ciertos momentos se unen en una “causalidad” que
sorprende. El conjunto de esas historias da una visión del acontecimiento
inicial muy diferente y muy completa.
¿Ese
acontecimiento inicial al que te refieres era la visita de un fantasma a la
casa en que vivías de niño durante los domingos?
Sí,
en nuestra casa de la calle Travieso, en Las Palmas, cuando éramos niños.
Cuando durante los domingos la familia se ausentaba de la casa, nos visitaba un
fantasma. Un fantasma que más tarde supimos que tenía que ver con los antiguos
propietarios de la casa, los marqueses de La Quinta Roja. Ese es el origen de
la novela.
¿Por
qué ese título, Entrelazamientos?
Pues
porque además de esa relación entre las historias que van apareciendo cuando
intento reconstruir aquel acontecimiento inicial, la palabra refiere a un
concepto muy preciso y profundo de la realidad física de la que todo forma
parte (incluidos nosotros), el entrelazamiento cuántico. Según este concepto,
hay partículas materiales (de las que también nosotros estamos hechos) que a
pesar de estar separadas enormemente en el espacio y en el tiempo, están
entrelazadas, de tal manera que lo que le ocurre a una influye instantáneamente
en las demás.
¿Y
eso puede ocurrir con, digamos, historias humanas?
Entiendo
que esa es la idea que está en el fondo de esta novela y no como una
especulación gratuita, sino fundamentada. De hecho, en el primer capítulo
intento resumir de la manera más clara y concisa que he podido las bases de esa
teoría de la realidad y de la que se deriva la ficción que escribo. La
estructura de esto último (lo que escribo) es en muchos aspectos reflejo de
aquello. Por ejemplo, esa suma de historias que componen la novela me
parece reflejar la idea del físico teórico y premio Nobel Richard Fenyman y sus
múltiples historias, según la cual si una partícula tiene cuatro posibilidades
para ir de A a B, el resultado correcto solo se obtiene al sumar las cuatro
historias a la vez, cada una con un "peso" que representa la
probabilidad de que ocurra cada historia.
¿Y
no temes que la lectura de ese primer capítulo dedicado a la física cuántica
pueda disuadir a un lector normal a seguir leyendo?
Sí,
fui consciente de eso desde el principio. No solo eso, sino que es
posible que en algún caso me gane el calificativo de petulante, sabiondo y
cosas del estilo. Pero como digo en el inicio de la segunda parte de la novela,
ese capítulo me pareció necesario y "era lo que me pedía el
cuerpo". Y además, honestamente, creo que en la mayor parte de las
veces, para que una obra merezca la pena es imprescindible el esfuerzo del
creador, pero también es necesario el del lector.
Además
de en el primer capítulo, de manera transversal la presencia de reflexiones o
temas científicos están presentes a lo largo de toda la novela. ¿Por qué
y a qué crees que se debe el rechazo de algunos lectores a esos temas "no
literarios"?
Porque
creo que en la estructura de la realidad de la que formamos parte no existe esa
división entre las ciencias y las letras. Ambas forman parte inseparable del
mismo entramado. La división es resultado de una evolución cultural
especialmente occidental y la seguimos padeciendo a día de hoy. Y por otra
parte porque creo en el potencial "poético" de temas considerados
científicos y casi siempre soslayados en la literatura.
En
cuanto al rechazo, me parece que obedece a varias causas. Una de ellas procede
de los propios humanistas, que consideraban la intrusión de las ciencias en
ciertos temas, hasta entonces objeto de la atención de los poetas, poco menos
que un sacrilegio. A tal respecto hay que recordar el ataque del poeta John
Keats contra Newton, cuando éste puso de manifiesto la realidad física que está
detrás de un arcoíris. Para Keats, Newton había acabado con el misterio. Otras
causas tienen que ver con los temas científicos en sí mismos y nuestra
capacidad de aprehender la realidad. Durante millones de años la
selección natural nos ha dotado de una estructura cerebral capaz de elaborar
intuiciones certeras sobre la realidad más inmediata. Pero temas como la
mecánica cuántica, la cosmología actual y la propia selección natural son muy
recientes y no ha habido tiempo para crear la adecuada "circuitería"
cerebral que nos ayude a entenderlos. Requieren mucho esfuerzo y adaptar
herramientas hechas para otras cosas para poder comprenderlas, y por eso se
rechazan.
Volviendo
a la estructura de la novela, en ella distinguimos dos partes bien diferenciadas.
Una primera en la que narras esas diferentes historias que confluyen en la
historia inicial, la del fantasma. Pero en la segunda parte todo tu
esfuerzo se centra en el propio proceso de búsqueda o investigación.
Así
es. En la primera parte, y como se ha dicho, se narran historias
separadas en el tiempo y en espacio -Las Palmas, 1957, 1870, 2011;
Fuerteventura, 2011, 1740, 1770; Tenerife, 2012, 1709, 1840-, pero todas con un
nexo de unión y que apuntan a Diego Ponte del Castillo, octavo marqués de
La Quinta Roja. La extraña muerte de la madre de este último, doña Sebastiana
del Castillo, me lleva a una investigación tan extensa en personajes y temas de
interés, y tan entrelazada con el núcleo principal de la historia, que decidí
narrarla en forma de diario de investigación.
Resulta
sorprendente la cantidad de documentos, personajes, lugares en los que realizas
la investigación. Por solo aludir a estos últimos, tengo anotados: Las Palmas,
Santa Cruz de Tenerife, Garachico, Puerto de La Cruz, La Orotava, Puerto Lajas,
La Oliva, Tuineje, Ciudad Real, Collado Villalba, Córdoba, los Archivos
Federales de Suiza... ¿Cómo se puede lidiar con toda esta información recogida
en dos años?
Creo
que la época y elaboración de esta segunda parte, entre 2011 y 2013, fue la más
enriquecedora para mí. Sí, consulté con muchas personas, revisé muchos
documentos, visité muchos lugares con un objetivo determinado. Pero incluso en
otros lugares y con otras personas con las que me relacionaba por esa época,
pareciera como si llevara en la cabeza un GPS y un detector especial que
sorprendentemente me llevaban a una información esencial sobre lo que estaba
escribiendo. Por ejemplo, ¿cómo explicar que estando en la consulta de un
médico en Las Palmas casualmente echara mano de una revista en la sala de
espera y allí leyera que la persona encargada del catering del
Zoo de Londres en el año 1903 era el señor Charles Humberset, persona cuyo
paradero en esa época me atormentaba? En muchas ocasiones la información la
buscaba y recopilaba de una manera muy sistemática. Pero también había épocas
de absoluta falta de información, de desaliento, de desesperación;
milagrosamente quebradas por "milagros" como el que he descrito aquí.
Otros los narro en el libro.
¿Y
cuál fue tu criterio para seleccionarla y ordenarla para generar una narración
coherente?
En
principio el orden fue cronológico y atendiendo a lo que descubría cada día.
Pero luego, cuando la información se acumulaba, decidí narrar según cuatro o
cinco temas de interés: Descendientes, La Casa Amarilla, Los Archivos Suizos...
Lo
de la selección fue algo más complicado, pues había que distinguir entre lo que
era útil para mí y útil para la narración y para el lector. En este sentido, en
un momento determinado tuve en mi poder 350 páginas de un expediente de los
Archivos Federales Suizos sobre un personaje importante en la narración. Pero
eran esencialmente un expediente sobre un trámite burocrático. Mi primera
intención fue desecharlo; pero luego pensé que lo que le ocurría a este
personaje a causa de la burocracia daba mucha más luz a su destino y resumí
esas páginas al máximo intentando no perder la esencia. Aun así resultaba un
relato muy extenso de cara al lector. Y en esto, como en otros aspectos
esenciales del contenido del libro, vino en mi ayuda mi editor y amigo Emilio
Gavilanes. Él me aconsejó que aunque otras personas me dijeran que era extenso,
lo dejara como estaba, pues el tono de ironía con que yo describía todo el
asunto, no solo lo hacía muy llevadero para el lector, sino daba sentido a todo
el conjunto.
Y
puede resultar una pregunta reiterada, ¿qué de ficción y realidad hay en la
novela?
Remedando
a un reconocido político de actualidad que preguntado sobre un asunto de
corrupción que afectaba a su partido respondió "Todo es falso, salvo
alguna cosilla", yo diría lo contrario. De todas formas, entiendo
que lo importante es si el conjunto resulta verosímil. Como también se dice en
el libro a propósito de esto, lo que sea verdad o ficticio es lo menos relevante.
(Para más datos sobre esta publicación: www.ladiscreta.com)
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