Desde
hace algunos años, el colectivo Papers de Versàlia, afincado en Sabadell y
compuesto por los poetas Esteban Martínez Serra, Marcel Ayats, Josep Gerona,
Quilo Martínez y Josep Maria Ripoll, viene empeñándose con esmero, entre otras
tareas muy meritorias, en la puesta en valor de algunos de los principales
poetas de la contemporaneidad gracias a la publicación de la serie Quaderns de
Versàlia, cuyos tres primeros volúmenes fueron dedicados a Rainer María Rilke,
Emily Dickinson y Giuseppe Ungaretti.
Hace
apenas unos días llegó a mis manos la cuarta entrega, dedicada al poeta
británico Wystan Hugh Auden (1907-1973): un volumen de 288 páginas editado con
esmero e ilustrado por Ramiro Fernández que constituye un trabajo de referencia
para los estudiosos y lectores del autor.
El
libro es un trabajo colectivo en el que se incluyen, en primer lugar, catorce
de los más importantes estudios dedicados a Auden firmados por los principales
especialistas en su obra y traducidos con excelente oficio, cuando la
traducción era necesaria, por un grupo de colaboradores próximos a Papers de
Versàlia. Esta es, pues, la primera aportación de este volumen de conjunto: una
antología en toda regla de la crítica más granada que satisfará el interés del
estudioso y el investigador. La segunda aportación no es menos valiosa para
cualquier degustador de la mejor poesía, y la de Auden lo es: una nutrida
recopilación de sus poemas traducidos al catalán o al castellano con el texto
original en inglés a pie de página. La tercera aportación completa un trabajo
redondo por la vía de la recreación poética, en la que se internan dieciocho
poetas –los miembros del colectivo Papers de Versàlia entre ellos– que escriben
poemas en catalán y castellano inspirándose en el fecundo universo poético de
Auden.
Creación
y recepción, en fin, aunadas para mayor gloria de uno de los poetas más
coherentes y brillantes de nuestro tiempo, empeñado en la belleza de las
palabras que solo es posible con el conocimiento responsable del idioma, que él
reivindicaba, pero siempre comprometido con la expresión de la verdad en el
poema y totalmente seguro, siguiendo sus propias palabras, de que “un poeta no
puede ofrecernos ninguna verdad sin introducir en su poesía lo problemático, lo
doloroso, lo confuso, lo feo”. Cuanto es propio, en fin, de la mirada generosa
e inquiridora de una poesía como la de Auden, dinámica y transformadora donde
las haya habido.
¡¡Guau, qué interesante!! Auden es un poeta increíble, y Rilke, Dickinson y Ungaretti (non mi lasciare, resta, sofferenza!) no le van a la zaga. Gracias por la importante reseña, Santiago.
ResponderEliminarComo de costumbre, Santiago no sabe instruirnos sin, a la par, deleitarnos. ¡Obras mayores! Mil gracias por que el chivatazo, maestro y amigo.
ResponderEliminar"por el chivatazo", se entiende (maldito teclado táctil).
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