Por José García Caneiro
QUIOSCOS DEL PUENTE DE PALO
El poeta, el escultor, el vagabundo
y hasta el borracho aquel
que habla de arte
se han refugiado dentro.
No son quioscos, es...
es ateneo
fugaz, casi imposible;
se charla, se discute;
de estética, la esencia,
del ron, de la palabra...
Mientras, la lluvia,
cansada de vagar
por rumbos no marcados
en rosa de los vientos,
se ha venido a jugar
con este puente
e, imitando a los artistas,
se divierte,
pintando a las farolas
en el fantástico lienzo
de los charcos.
Un regalo para leer tras mi vuelta a la tarea. Hermoso y evocador. Enhorabuena y un fuerte abrazo.
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