lunes, 27 de febrero de 2012

Loquillo canta a Luis Alberto de Cuenca


Es de justicia reconocer y celebrar que, con el paso de los años, Loquillo se mantenga en la brecha con una mezcla nada común de frescura, originalidad y fidelidad a sus raíces, y que lo haga habiendo conseguido afinar, aquilatar y personalizar su discurso, cada vez más sólido y elaborado, y administrar su voz y su presencia de forma eficaz y solvente. Lo digo con el derecho que puede arrogarse quien ha seguido su trayectoria con interés y admiración desde sus orígenes hasta el momento, en el que puede afirmarse que Loquillo forma parte de algo más amplio que un proyecto musical.

La publicación de Su nombre era el de todas las mujeres, su último disco (Warner Music Spain, 2011), en el que recrea musicalmente algunos de los muchos excelentes poemas de Luis Alberto de Cuenca, es un nuevo ejemplo de esta consolidación de José María Sanz en una línea muy definida intelectual y musicalmente. No es la primera vez que el Loco recrea la poesía. Ya lo hizo de forma muy lograda en La vida por delante (Hispavox, 1994), también con el sabio concurso de Gabriel Sopeña, encargado de la adaptación musical de los poemas. Una vez más las versiones cantadas por Loquillo se confían a la producción y los brillantes arreglos de Jaime Stinus, que le viene acompañando en trabajos anteriores (Cuero español, en 2000, y Balmoral, en 2008, por ejemplo). Tampoco es la primera vez, ni mucho menos, que Luis Alberto de Cuenca presta sus letras al rock (¿cómo olvidar “Caperucita feroz” de la Orquesta Mondragón en Bon Voyage, de 1980, en donde ya brilla la guitarra de Jaime Stinus?) ni es la primera vez que el poeta colabora con Loquillo, como muy bien puede apreciarse en Balmoral.

Además del cuidado de la producción musical y de la excelente instrumentación que define el telón sobre el que se alza con nitidez la voz de Loquillo, cumple poner de relieve la exquisitez de la presentación del disco, concebido como un breve pero hermoso discolibro prologado por Arturo Pérez Reverte e ilustrado por Fernando Pereira. Creo que la selección de los poemas supone un acierto, acentuado por el trabajo de interpretación de José María Sanz. El conjunto es muy coherente, pero me parece conveniente destacar que el Loco sabe dar muy especialmente con el tono que requiere la humorada macabra de “Nuestra vecina”, con el suave y nostálgico registro baladístico de “Cuando vivías en la Castellana” (emocionante, intensa, hermosa; una pequeña joya), con la necesidad de marcar el desgarro de la transición que requiere la segunda parte de “La malcasada” y con la irónica displicencia que imprime al recitado de “La tempestad”, que vuelve a poner de relieve las calidades de rapsoda de Loquillo que ya brillaron en su día en “Avenida de la luz” (de Dónde estabas tú en el 77), con letra de Sabino Méndez, una de las canciones más extraordinarias que se han escrito en el rock español en los últimos treinta años.

5 comentarios:

  1. Lo escuché en Navidades y me encantó.

    ResponderEliminar
  2. Loquillo siempre me ha parecido un artista de primera clase, digno y señor. No he oído aún este trabajo suyo, salvo algún fragmento en la tele. Cualquier artista estaría orgulloso de haber creado canciones como "Rock and roll star", a mi juicio una de las mejores letras españolas de todos los tiempos, y de las que mejor recogen el sueño y espejismo del rock. Por otra parte, me quedo de piedra con que "Caperucita feroz" fuera de Luis Alberto de Cuenca. Es una letra muy buena, que no se olvida con facilidad, y que tiene mucha gracia ("Te he comprado un anillo, un pastel y un yo yo").

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo también destaco "Cadillac solitario", todo un himno, y "La mataré", que me parece una canción excelente y con una factura musical de una enorme fuerza. Otras grandes canciones de Loquillo son "Dónde estabas tú en el 77" (del disco con el mismo nombre), "Cuando fuimos los mejores" (Del disco "Cuero español" y "Hermanos de sangre" (del disco homónimo, luego también incluido en "Balmoral", en donde además canta con el gran Johnny Halliday). No puedo dejar de recordar la magnífica versión de "Mi calle", de Pedro Gené (de Lone Star, la primera muestra de la preocupación del rock español por lo social en 1969), en "Feo, fuerte y formal" (título que homenajea evidentemente a John Wayne).

      Eliminar
  3. Me pongo a oír ahora mismo el disco en Spotify.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es un disco muy sólido y variado. No sé por qué, quizá por el fragmento que había oído en la tele, me había hecho a la idea de que sería un disco con recitados a lo Lou Reed tardío, un recital tranquilillo tipo rockero culturetas. Pero no. Buenas y sensatas canciones, con la letra al servicio de la música -como debe ser-. Además de las que mencionas, me gusta "A Alicia, disfrazada de Leia Organa". Bien por Loquillo, y por Luis Alberto de Cuenca.

      Eliminar