Le recortaron el pelo y no
dijo nada,
le recortaron el periódico, la luz,
después le recortaron, un poco, la alegría,
media sonrisa, apenas, le dejaron,
pero él no dijo nada, ni moverse.
Le recortaron la altura, las piernas un poco,
después el pan, el agua, las recetas,
le recortaron el amor, los besos,
el sueldo y nada dijo, nada.
Le recortaron la vivienda, el coche,
a los hijos, un poco, los pantalones,
el parking también, claro, y la camisa,
le recortaron la voz, un poco el cuello.
Cuando se quiso rebelar no pudo,
y encima lo pisaban sin recato, un poco.
Excelente poema, Pepe, en la línea de Bertolt Brecht. Enhorabuena y un fuerte abrazo admirado.
ResponderEliminarGracias amigo Santiago. A veces, como sabes, la poesía, siempre buscando interpretar el misterio del mundo, se encuentra con él y entre balbuceos trata de nombrarlo. Salud. Pepe
ResponderEliminarSi...Hoy da la impresión que se es poco combativo, lo que termina volviéndose en contra...
ResponderEliminarle recortaron la voz, un poco el cuello.
ResponderEliminar... Y ya no pudo ni gritar.
El hombre recortado no tiene respuestas. Pepe
ResponderEliminar